La Pasión de Naoko, capítulo 5: En cada sorbo...

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Quinto episodio de la novela juvenil Yuri

Las dos amigas salieron del vestidor, ya ciertamente recuperadas del momento tan particular que acababan de tener... En ese interín, Naoko nota un sonido también muy particular.

- Oye Kasumi, tienes el estómago estrujado... (Se ríe)

- Es que, a pesar de que salí con tiempo no he podido desayunar correctamente. (sonrojada)

- No te preocupes, vamos por... (recuerda su olvido) em... ¡Ay, qué digo!

- ¡Cierto! Te la has olvidado...

- Lo siento Kasumi, no puedo ser más despistada porque ya me perdería de sólo perderme. (Se ríe tibiamente)

Llegan a un café maid cercano, donde las reciben muy alegremente como de costumbre del local. Kasumi suele frecuentarlo especialmente los días de frío intenso. Naoko tiene una disyuntiva: ¿Cómo entrará sin sentir vergüenza de ser tan olvidadiza? Si bien no trae dinero, trata de enfocarse en hacer del día de su amiga mucho más agradable, muy a pesar de que casi siempre termina haciéndole pagar por algo. Esta vez no será la excepción.

- Naoko, ¿qué haces? (se da cuenta que al atravesar la entrada, Naoko tomó de su mano)

- Em... Pues... Quería entrar contigo de este modo, después de lo que sucedió en el vestidor... Ya sabes que...

- ¿Qué cosa dices? Solo nos dejamos llevar... (se sonroja)

- Pero ni tú ni yo nos detuvimos Kasumi... Será acaso que...

En ese momento una de las maids se interpone en su camino con una gran sonrisa para invitarlas a una mesa, un tanto apartada del local, y tomar su orden. Kasumi notó casi al instante que la maid ya se había percatado mientras las veía entrar de su relación. "Solo somos amigas", susurró. Al poco tiempo, Naoko quiere retomar la conversación que había sido interrumpida.

- Oye Kasumi ¿qué te dijo esa maid?

- Na... Nada... Solo que le gustaba mi peinado...

- Vaya qué extraño, en general son las maids quienes reciben halagos, no los clientes... (ríe sonrojada e intranquila)

- No le des mucha importancia amiga, creo que solo fue un cumplido.

- Eso no me tranquiliza tanto, Kasumi. ¿Estaba coqueteando contigo?

- Si fuera así Naoko, no estaría aquí contigo (extiende su mano y entrelaza los dedos de Naoko) compartiendo estos deliciosos macarons. Además, creo que te debo una disculpa.

- ¿Por qué? Yo debería ser quien se disculpe, porque...

- No hay cuidado amiga, creo que (toma un sorbo de café) no debí o no debíamos habernos comportado así... en el vestidor...

- Pero lo disfrutaste, ¿verdad? Déjame decirte (sonrojada) que yo sí lo hice, y quiería decirte que quiero...

- ¡Qué delicioso está, ¿no crees?!

En ese momento, Naoko sudaba a mares, por cada sorbo de café que Kasumi tragaba, ella hacía lo mismo con sus nervios, no quuería exteriorizarlo, pero su corazón pudo más.

- Ven Kasumi. ¿Ya acabaste tu café?

- Oye, ¿Qué... sucede?

Salen del local a las apuradas, como si alguien los hubiera observado y se sintieran perseguidas por esa mirada furtiva, pero imaginada por Naoko, tomadas de la mano y dirigiéndose a la escalera mecánica principal, en el medio del centro comercial. Nerviosa, aunque casi injustificadamente, Naoko mira fijamente a su amiga.

- Kasumi, escúchame. Desde este mediodía quería preguntarte algo y todas estas interrupciones no me han dejado decirte casi nada.

- ¿Qué te sucede Naoko? Te ves un tanto inquieta... ¿Quieres que regresemos a la estación?

- No, no es... eso... Es que... yo... Quiero decirte algo...

Ya al borde de las lágrimas, Naoko no parece poder manejar la situación, un torbellino de emociones está llegando como de asalto a su mente y no le permite decir las palabras exactas.

- Yo... Kasumi... Tú... Em... Quiero... (toma de su mano) Que regresemos a la estación, quiero ir por mi cartera.

-¡Ah, era eso! ¿Por qué tantos nervios amiga? Vamos, tranquila... Yo estoy contigo, vamos al metro de regreso. Luego me contarás, o cuando estés más calma...

Naoko logró tranquilizarse un poco, pero el nudo que tiene en el pecho es difícil de tragar, tal parece que llegó el momento, pero el lugar no fue el adecuado.

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